La casa ideal, ¿para entrar a vivir o para reformar?

Encontrar el hogar perfecto no siempre es fácil. En muy contadas ocasiones, y solo si es nueva construcción, se puede diseñar la vivienda a nuestro gusto. Lo habitual será embarcarse en alguna que otra reforma para adaptarla a lo que estamos buscando o necesitamos.

Buscaremos inmuebles de alquiler o venta en nuestra zona de interés. Si tienes tiempo y ganas, puedes optar por buscar por ti mismo, tener suerte y encontrar pronto lo que buscas, o puedes dirigirte a profesionales inmobiliarios que tienen una cartera de inmuebles revisada y lista para poder ofrecerte lo que buscas. La búsqueda es muy sencilla a través de cualquier buscador, indicando simplemente la ciudad, inmobiliaria en Madrid, por ejemplo, y te saldrá un listado de todas ellas. La ventaja de optar por profesionales es que ahorras tiempo en la búsqueda, accedes a inmuebles que solamente realizan las gestiones a través de profesionales, que te asesoran sobre el estado de la finca y realizan todas las gestiones.

Una vez hemos elegido las que nos interesan, conviene realizar una valoración de vivienda para calcular el margen que nos queda de la compra para acometer las reformas ya que, dependiendo de cuánto tengamos que adaptarla, puede ser una buena mordida a nuestro presupuesto.

Nosotros lo tenemos claro: encontrar la casa perfecta es casi imposible, pero encontrar la casa perfecta para reformar según lo que necesitamos y que encaje en nuestro presupuesto es mucho más accesible y, además, podremos elegir el realizar la reforma de una sola vez o realizarla poco a poco, por lo que el presupuesto puede ser más elástico.

Las reformas pueden asustar, tanto por el tiempo que hay que invertir en ellas como por la inversión necesaria, pero también nos permite ahorrar ya que el precio de la vivienda será más bajo y, en muchos casos, total o parcialmente nosotros mismos podremos realizarlas, por lo que entramos dentro de nuestra especialidad: el bricolaje y las reformas.

Dando forma al hogar perfecto

En una vivienda se pueden hacer un sinfín de trabajos de reforma. En lo que respecta a fontanería y electricidad, lo aconsejable es dejarlo en manos de profesionales. Otros muchos cambios podemos realizarlos nosotros mismos.

Por ejemplo, cambiar el suelo es fácil si se opta por laminados o vinílicos. Mediante un sistema de clic o adheridos, se colocan sobre el antiguo suelo, con una ventaja añadida: la variedad de acabados.

En el caso de baños y cocinas caben también varias posibilidades: podemos sustituir los revestimientos o pintar los azulejos. Hoy en día existen multitud de productos en el mercado que nos permiten pintar azulejos con mucha variedad y muy buenos acabados. Ésta es una buena alternativa cuando el presupuesto es ajustado, ya que el cambio de azulejos se lleva una buena mordida de nuestro presupuesto. En ocasiones lo que necesitan los azulejos es, simplemente, una renovación de las juntas, cosa muy sencilla de realizar, y su aspecto cambia radicalmente.

Los muebles de la cocina también son otra buena mordida al presupuesto, por lo que podemos optar por diferentes soluciones como pintar las puertas, si éstas se encuentran en buen estado. Si las puertas están en mal estado pero el resto de los muebles se encuentra bien, podríamos cambiar solamente las puertas. Después puedes decidir si cambiar o no la encimera o el fregadero. De una forma u otra, el resultado será una cocina más actual que te durará años y años.

Cambiar las puertas es otro trabajo que no entraña demasiada dificultad y renueva la imagen de las estancias. Si el espacio es ajustado, la mejor elección son las puertas correderas. Las superpuestas se instalan con gran facilidad y, además de decorativas, son funcionales.

El gotelé ya no es problema hoy en día. Hay multitud de productos en el mercado para taparlo que te solucionará este engorroso tema.

Con estas reformas y una mano de pintura o papel pintado, que es tendencia desde hace algún tiempo, se puede transformar cualquier vivienda en poco tiempo. Y, lo que es más importante, con una inversión mínima.

¿Y si es una vivienda de alquiler?

En este caso, las posibilidades de adaptar la vivienda son más limitadas, ya que dependes de lo que el propietario te permita. Asegúrate de que lo que desees realizar está autorizado en el contrato, o un anexo, para no llevarte sorpresas. Cualquier reforma de cierta envergadura debe ser siempre aprobada por el propietario y, como hemos indicado, conviene que quede constancia por escrito de la autorización.

¿Cómo se puede personalizar una casa de alquiler? Lo primero es tener en cuenta que el propietario puede pedir al acabar el contrato restituir el aspecto original de la vivienda. Por ello, todo cambio que se realice se debe poder revertir con facilidad. Es importante leer bien el contrato antes de firmarlo para que así se pueda llegar a un acuerdo en caso de que lo que aparezca en él no se adapte a lo que necesitas realizar en el inmueble.

Lo más sencillo y lo que menos problemas dará será cambiar el color de las paredes. En lo que respecta a los suelos, las tarimas flotantes y los vinílicos son una opción, pero tú debes decidir si te merece la pena la inversión. Piensa que una buena alternativa son las alfombras.

Si el piso está amueblado y el estilo no encaja con nosotros, una manera de renovar el mobiliario sin dañarlo es decorarlo con papeles vinílicos y cambiar los tiradores. Luego será muy fácil devolverlos a su estado original.

La iluminación recuerda que siempre se puede mejorar. Las tiras LED se colocan con gran facilidad tanto en molduras como en zócalos, en la parte baja de los muebles o incluso en su interior y le dan un aire totalmente distinto.

Personalizar una vivienda en propiedad o de alquiler es fácil, siempre que tengamos todo en orden, los números bien hechos y, sobre todo, estemos bien asesorados.

Tener la casa soñada cuesta mucho menos de lo que pensamos si nos implicamos en su reforma ¿Te animas?.

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