Aislamiento térmico e ignífugo

Hay aspectos en los edificios destinados a vivienda a los que, aunque se les viene prestando atención desde hace ya años, cada vez se tienen aún más en cuenta por parte de todos los actores del proceso. Desde el fabricante, hasta el consumidor final, pasando por el promotor, el constructor, las Administraciones que otorgan los permisos y licencias, etc. 

En este artículo nos centraremos en dos de ellos, aunque hay más.

Aunque en algunos aspectos, la línea que separa estos dos tipos de aislamiento es muy delgada, comenzaremos tratándolos por separado.

El aislamiento térmico

Por todos es sabido, que un buen aislamiento térmico puede proporcionar un importante ahorro en el consumo energético de un hogar.

Un aislamiento térmico eficiente, significa reducir al máximo las pérdidas de calor en invierno y las pérdidas de frío en verano. Por tanto, un buen material aislante debe tener baja conductividad y alta resistencia térmica.

Además, muchos tipos de estos materiales, tienen un excelente comportamiento frente al fuego.

Dependiendo de dónde se instale, hay dos tipos de aislamiento. El exterior, que es el reviste el paramento exterior del edificio. Y el interior, que es el que se instala por dentro de la vivienda.

Para esto, normalmente se utilizan materiales porosos como las lanas minerales como son las de roca o vidrio, el poliestireno expandido, poliestireno extruido, espuma de poliuretano, …

Para la elección del sistema adecuado para cada caso, se debe recurrir a empresas de aislamiento térmico como Diaterm, que cuentan con una larga experiencia y con personal técnico especializado.

Uno de los sistemas que evitan perder el más mínimo espacio útil, es el relleno de las cámaras de aire con espumas o lanas minerales insufladas.

La conductividad térmica de la lana mineral insuflada es la más baja de las lanas minerales, lo que garantiza un mayor confort y mayor ahorro energético a largo plazo.

Aunque al final del artículo seleccionaremos los materiales de aislamiento térmico que mejor comportamiento tienen frente al fuego, entrando en detalle, podemos decir que los materiales que más se suelen utilizar son los siguientes:

• Poliestireno expandido
• Poliestireno extruido
• Espuma de poliuretano
• Lana de roca
• Lana de vidrio

Protección frente al fuego

Este apartado lo analizaremos únicamente desde el prisma de la protección pasiva.

Cuando hablamos de materiales ignífugos, no sólo nos referimos a materiales que literalmente no ardan. Cualquier material, aun no ardiendo, expuesto durante largo tiempo a las altísimas temperaturas de un incendio, termina degradándose y perdiendo sus propiedades.

La misión de los materiales ignífugos es, por un lado, sectorizar la vivienda. Es decir, evitar que las llamas pasen de una zona a otra, extendiéndose sin control.

Y por otro lado, proteger de las llamas la integridad y resistencia de los elementos estructurales del edificio durante un tiempo mínimo, con la finalidad de poder evacuar a las personas, y contener el fuego hasta que los servicios de extinción acudan y controlen el incendio.

Con este objetivo los materiales ignífugos, tienen una resistencia efectiva frente al fuego durante un periodo determinado de tiempo, que suele medirse en minutos.

Los materiales ignífugos que mejor resisten las llamas son:

• Lana de roca.
• Espumas ignífugas, junto con paneles incombustibles como las placas de yeso ignífugo.
• El hormigón.

Aislamientos térmicos ignífugos

Los materiales usados normalmente para el aislamiento térmico, pueden ser ignífugos o también combustibles. A continuación veremos dos de los reúnen ambas cualidades.

Lana de roca

Los paneles de lana de roca están compuestos por roca de origen volcánico, cuya obtención se consigue fundiendo la roca a altas temperaturas.

Este material se suele presentar en paneles, y mantas.

A diferencia de los poliestirenos y el poliuretano, las lanas minerales no son inflamables.

Para su colocación hay tomar ciertas medidas de seguridad, como es la protección de ojos, piel y  sistema respiratorio.

Una ventaja adicional de la lana de roca, es que también tiene la capacidad de aislante acústico, gracias a la disposición multidireccional de las fibras.

Fibra de vidrio

La fibra de vidrio, también conocida como lana de vidrio, es un producto de origen natural, mineral e inorgánico, que está formado por arena de sílice, carbonato de calcio y de magnesio.

El proceso por el que se obtiene, es muy similar al de la lana de roca.

Presenta muy buena resistencia a la humedad.

Al igual que la lana de roca, se comercializa en formato de mantas y paneles.

Ambos materiales con excelentes aislamientos térmicos ignífugos.

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