Luces LED para tu taller
Una buena iluminación puede marcar la diferencia en cualquier estancia de la casa. Para aquellos que cuentan con un taller casero en el que realizar reparaciones del hogar, tanto la ventilación como la iluminación son clave, ya que trabajarán con herramientas y compuestos que requieren la máxima atención. Es común que se preste gran atención a cómo se iluminan tanto la cocina y los baños como las salas de estar y los dormitorios, sin embargo para zonas como el taller, la despensa o el garaje se recurre a bombillas tradicionales. Se trata de un error habitual porque, aunque en estos lugares lo que prima no es tanto la estética como la funcionalidad, en ellos nos podemos aprovechar igualmente de la actual evolución en las técnicas de iluminación. Es importante conocer los tipos de bombillas que hay en el mercado, pero decir evolución y avances en este campo es hoy sinónimo de luces LED.
¿Sustituir fluorescentes y lámparas tubulares por bombillas LED?
La mayoría de talleres se siguen iluminando con fluorescentes y lámparas tubulares. Para reemplazarlos por luces LED debemos planificar la nueva iluminación del taller con criterios de fiabilidad y eficiencia. Todo ello, de acuerdo con la normativa que rige las instalaciones eléctricas del hogar, que en este caso están sujetas al Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT).
No hay que olvidar que el citado reglamento indica que las distribuciones de corriente alterna tienen que ser de 230 V entre fases, para las redes trifásicas de 3 conductores, que es la más habitual en circuitos domésticos.
¿Qué ventajas tiene usar luces LED en nuestro taller?
Las características de los talleres hacen que sean ideales para la implementación de lámparas LED. Se trata de espacios en los que se pueden usar sustancias como resinas, pegamentos o plásticos y en los que se pueden efectuar soldaduras o trabajar con componentes eléctricos. Las luces LED, a diferencia de otras, pueden estar expuestas a temperaturas elevadas sin que ello implique un riesgo añadido, como si ocurre con las luces tradicionales y con las luces halógenas. También son recomendables si por la ubicación del taller en la planta más baja de la casa existe algún riesgo de humedad o fugas de agua que pudieran dañar los componentes de la instalación eléctrica, debido a su alta resistencia a la humedad ambiental.
Además de la seguridad, los focos LED son los más idóneos para ofrecer una alta luminosidad en trabajos que requieran precisión, como los que pueden realizarse en un banco de taller. Por otra parte, soportan usos intensivos, de muchas horas, y también se resienten mucho menos que las luces tradicionales si se producen encendidos y apagados constantes.
A todo ello hay que sumar otras conocidas ventajas de las luces LED, como la eficiencia. Se estima que consigue un 90% menos de consumo que en el caso de un foco incandescente, entre otros factores porque es capaz de convertir su consumo en luz, y no en calor. Por si este ahorro energético no fuera suficiente, la durabilidad es otro de sus puntos fuertes; las luces LED llegan a cumplir entre 30.000 y 100.000 horas de vida, lo que significa que duran cerca de una década más que las halógenas. Otras ventajas son que su encendido es inmediato y que, al utilizar un rango que va de los 5 a los 12 voltios en corriente continua, ofrecen un menor riesgo de fallo eléctrico.
Si te ha gustado este artículo y quieres información adicional, puedes descargarte la siguiente guía gratuita en PDF sobre cómo planificar la instalación eléctrica de tu vivienda.
2 comentarios
Muchas gracias por esta información, justo tenía pensado en hacer un cambio de bombillos y este artículo me ha venido genial. Saludos
Me alegra haberte sido de ayuda. Gracias a ti.
Saludos.