Prácticamente todo, en su justa medida, es bueno. Con las nuevas tecnologías pasa lo mismo.
Cada vez con mayor velocidad, casi exponencialmente, se producen avances tecnológicos que mejoran nuestra calidad de vida de forma sustancial.
Pero no hay que olvidar que el uso indiscriminado de muchos de estos medios, puede dañar seriamente nuestro ecosistema.
Por todo ello, hoy queremos compartir un artículo muy interesante que hemos localizado en EFEverde, y que queremos aprovechar para hacer un llamamiento a la reflexión y al uso eficiente de las nuevas tecnologías, reduciendo así la contaminación medioambiental.
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Para empezar, sólo un dato:
En el año 2020 cada habitante del planeta tendrá una media de 6 dispositivos tecnológicos. Lo que supone que el planeta contará con hasta 50.000 millones de dispositivos conectados.
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Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) ofrecen muchas posibilidades pero albergan un riesgo ecológico: «no hay verdadera conciencia sobre su impacto ambiental», según el director de programas de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, Jesús Díez.
El responsable del proyecto LIFE Green TIC, Díez, ha asegurado que aunque este asunto “no es muy usual en los medios”, “la contaminación producida por las nuevas tecnologías está ahí y debería ser tenida en cuenta, pero los usuarios no suelen prestarle atención”.
Según las previsiones de la Broadband Comission, la comisión creada en la UE para la gestión de la banda ancha, en el año 2020 el planeta contará con hasta 50.000 millones de dispositivos conectados.
“Si no se toman medidas ya“, para esa fecha todos estos instrumentos tecnológicos conectados generarán un “enorme” consumo energético mundial, equivalente a la emisión de unos 22 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que según las previsiones podría suponer hasta un 6% de las emanaciones totales de gases de efecto invernadero.
El asunto es mucho más serio de lo que, a priori, podría parecer.
Por ello, el objetivo del programa europeo LIFE Green TIC, financiado con 1.455.000€, es demostrar el potencial de estas tecnologías como herramientas para reducir la contaminación, bien eliminando su huella de carbono mediante su uso sostenible, bien mejorando las políticas de responsabilidad social empresariales.
“Trasladamos un enfoque que quiere visualizar los problemas que plantea el cambio climático, el consumo de energía del sector, los materiales contaminantes o componentes peligrosos que se utilizan…”, ha detallado Díez.
La contaminación por las TIC procede de ordenadores, teléfonos inteligentes, redes de telecomunicaciones, impresoras y centros de datos, entre otros dispositivos.
Según algunos estudios, el consumo eléctrico asociado a las infraestructuras y las nuevas tecnologías supone ya un 10 % del total en la Unión Europea.
Además, su huella medioambiental se origina “en un 75% en su uso habitual y, el 25% restante, en los procesos de fabricación de estos dispositivos y redes”, ha precisado.
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Materiales contaminantes
En el caso de los teléfonos móviles, por ejemplo, un 98% de su impacto ecológico está causado por la pantalla LCD, fabricada con cristal líquido, y sus circuitos electrónicos; a ello hay que sumar que su composición contiene sustancias dañinas para el entorno como arsénico, cadmio o plomo, entre otras.
El proyecto LIFE Green TIC incluye una apuesta por lograr un uso “mejor y más inteligente” de estos dispositivos y, por ello, la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León está elaborando un catálogo de buenas prácticas que facilite el ahorro energético y permita hacerlos más sostenibles.
Entre esas conductas recomendables figura la adopción de medidas como disminuir el brillo de los dispositivos, elegir fondos de pantalla con tonos oscuros, optar por apagarlos en lugar de usar el modo reposo o desactivar las notificaciones del correo y redes sociales…, para así conseguir un uso más sostenible de ordenadores y Smartphones.
Quizás sea el momento de sacar a la luz y potenciar avances tecnológicos aún en fase de experimentación que, hasta ahora, han pasado desapercibidos por motivos que no llegamos a comprender.
Por ejemplo, en uno de nuestros artículos que publicamos el 1/11/2012, hablábamos de materiales plásticos que generan energía por su propio uso.
Ésta, podría ser una buena forma de mantener el equilibrio entre tecnología y el cuidado del planeta, controlando en la medida de lo posible la contaminación medioambiental.
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Buenas prácticas para usuarios
Díez también considera relevante “no almacenar basura electrónica y hacer limpiezas continuas de los equipos: tanto de archivos como de aplicaciones o del registro de navegación”.
Aunque ha observado que en los últimos años las empresas “se esfuerzan por desarrollar una estrategia ‘verde’”, ya sea con el etiquetado ecológico de sus productos o con declaraciones voluntarias a favor de la sostenibilidad. “Por mucha intención que el usuario tenga, si los equipos no están diseñados de forma ‘green TIC’, generan frustración“.
Según ha asegurado este experto, todavía hay wifis que no se pueden desconectar de forma temporal o televisores inteligentes que se quedan en modo reposo sin apagarse completamente.
Con una media prevista de seis dispositivos por habitante mundial para 2020, la intención del proyecto LIFE Green TIC es impulsar a las empresas del sector a la hora de informar, sensibilizar y fomentar en los usuarios la vertiente más “verde” en el uso de estas tecnologías.
Origen: EFEverde