Diferencias entre fisuras y grietas
Es común que una vivienda tenga alguna que otra fisura o grietas en paredes o techos, debido a que la tierra está en constante movimiento y eso provoca que las construcciones se ‘asienten’.
No todas las fisuras o grietas son preocupantes, pero si se debería estar en constante evaluación de éstas y atenderlas en cuanto aparezcan. Para ello, debemos saber previamente las diferencias entre una fisura o una grieta.
La fisura “no trabaja”, y si se la cierra con algún método simple no vuelve a aparecer. La grieta en cambio, “si trabaja”, está viva y para anularla hay que eliminar el motivo que la produjo y además ejecutar trabajos especiales para “soldarla”.
Pues bien, este post está dedicado exclusivamente a diferenciar ambos términos.
- La grieta afecta a un elemento en todo su espesor, que se pueden producir daños mayores e incluso el colapso de las estructuras. De este modo, las grietas afectan a la resistencia de los elementos constructivos. La grieta además se dice que está viva, para eliminarla no vale con enmascararla con pintura o cualquier otro elemento, sino que debemos mitigar su origen.
- La fisura, sin embargo, los daños que provocan son superficiales y su consecuencia es generalmente el desprendimiento de fragmentos de los revestimientos o acabados superficiales.Si atendemos a la resistencia de los elementos estructurales o que disponen de cierta capacidad portante, su resistencia no se ve mermada por las fisuras.
Son ejemplos de fisuras las que vemos en el hormigón, formando en superficie grietas con geometrías poligonales y de grietas las tan características que aparecen en las esquinas de puertas y ventanas con inclinaciones de entre 45 y 60 debidas a asentamientos.
El tratamiento o reparación de grietas y fisuras es totalmente diferente. Por un lado, las fisuras generalmente sólo necesitan de una reparación superficial del elemento afectado. Esta reparación se puede llevar a cabo con alguna masilla acrílica o relleno polimérico ligero.
Por lo contrario, las grietas son una patología constructiva viva, es decir, a lo largo del tiempo puede empeorar y causar un daño mayor. Por esta razón necesitan un seguimiento previo a proceder a su reparación. Asimismo, esta reparación incluye la anulación de la causa que la provocó, lo que en muchas ocasiones requiere de actuaciones en el terreno o en la cimentación.
Ante la duda, es aconsejable que se consulte con especialistas en patología de edificación, como la empresa Geosec, para prevenir estas situaciones y evitar tener un susto.